a) El ser humano según Aristóteles.
Veamos ahora cómo a partir de los principios
metafísicos que hemos analizado Aristóteles concibe a los seres vivos y, en concreto, al ser vivo humano
(anthropos). Aristóteles considera que todo ser vivo es un organismo completo, una
sustancia. La sustancia viva es la unión, al igual que pensaba Platón, de
cuerpo y alma. Sí, pero según Aristóteles todos
los seres vivos poseen alma (psique). No sólo el hombre. El alma es la forma
(esencia) del cuerpo, pero no
de cualquier cuerpo, sino de un cuerpo organizado, un organismo estructurado y
vivo. (Por eso, considera Aristóteles que la doctrina la reencarnación de las
almas es un absurdo: el alma no puede ser forma de cualquier cuerpo). Como
forma, el alma es el principio más radical de toda la actividad del ser vivo.
El alma no es nada distinto de las funciones o capacidades del organismo. ¿Y cuáles
son estas funciones propias del alma?
·
Alma vegetativa: en los seres vivos más sencillos de todos, los vegetales, el alma hace
que cumplan las funciones vitales elementales y nada más: se alimentan, crecen
y se reproducen. Estos seres vivos tienen tan sólo lo que se llama alma
vegetativa.
·
Alma sensitiva: en los seres más complejos, los animales, el alma es, además del
principio de movimiento local, la capacidad de percibir y de apetecer. Todo
animal siente (percibe) y desea.
·
Alma racional: en los seres más complejos de todos, los seres humanos, sino
también el alma racional. Los hombres, además de poseer alma vegetativa y alma
sensitiva, posee esta suprema capacidad, por la cual el conocimiento y los
deseos son distintos de los conocimientos y deseos de un animal.
Analicemos ahora estas dos grandes facultades
del ser humano: la facultad de conocer y
la facultad de desear (volitiva). Veamos la teoría del conocimiento de
Aristóteles y su teoría de la acción humana.
b)
Aristóteles: análisis de la facultad de conocer (Gnoseología).
La concepción aristotélica del
conocimiento responde, asimismo, a su metafísica. El alma individual, que no ha
preexistido en el Mundo de las Ideas, tal y como pensaba Platón, viene a este
mundo limpio de todo conocimiento, es pura potencia que ha de ser actualizada
(tabula rasa).
El conocimiento se inicia a
través de los sentidos; quien esté privado de sentidos no puede adquirir una
vida psíquica. Este tipo de conocimiento sensible es el conocimiento que tienen
los animales. Los animales ven, oyen, pueden sentir, es decir perciben, pero no
“comprenden” la realidad.
Sin embargo, el conocimiento
humano, el conocimiento intelectual, aunque parta del conocimiento sensible, es
algo superior y distinto, algo que no posee el animal. Conocer es inteligir,
captar, entender, "leer dentro del objeto"; es decir, poder penetrar
en el interior del objeto e iluminar
en él su forma o esencia. De este modo, en el Entendimiento (en la mente) se
logra una reproducción de la esencia, reproducción que Aristóteles llama concepto.
Esta capacidad del Entendimiento puede compararse con la función que en los
cuerpos ejercen los rayos X. Conocer no es sino iluminar en el interior del
objeto y descubrir una realidad profunda y esencial que no es accesible a los
sentidos. Gracias a esta facultad el hombre puede superar la esfera de las
cosas concretas individuales (ámbito en el que se mueven los animales) y
penetrar en un mundo inteligible de sus esencias universales, mundo que le
permite un modo de existencia intelectualmente superior.
c) Aristóteles y los frutos del conocimiento: los tipos de saber (Gnoseología II).
c) Aristóteles y los frutos del conocimiento: los tipos de saber (Gnoseología II).
1.
El saber denominado “Lógica”.
Tal y como nos
ha llegado el pensamiento aristotélico, éste comienza con el estudio de lo que
se llama hoy día ”lógica”. Para Aristóteles la lógica no es un saber más, sino
el instrumento necesario para construir todos los demás saberes. Por eso, los
tratados que versan sobre lógica reciben el nombre de “órganon”, palabra griega
que significa instrumento. Este tipo de saber es un poco complicado. Ya lo
veremos más adelante.
2.
El “resto” de todos los saberes.
Hay saberes
que de suyo sólo se proponen el conocimiento o la mera contemplación del ser o
la realidad (o la esencia de las cosas). O sea, hay saberes compuestos por
conocimientos que sólo tratan de saber cómo es la realidad. Otros saberes
tienen que ver con la acción humana y no con la mera contemplación de la
realidad. Según esta distinción, el saber humano se divide entonces en dos
grandes grupos: saberes teóricos o contemplativos, por un lado, y saberes
prácticos o que tienen que ver con la acción humana, por otro.
A)
Los saberes teóricos: Aristóteles y
los peripatéticos dividían los saberes contemplativos en tres grandes grupos, a
los que llamaban respectivamente física,
matemática y metafísica (este último saber se denomina en algunos lugares
de la obra de Aristóteles "filosofía primera").
B)
Los saberes “prácticos”: como ya
hemos visto, estos saberes tienen como objeto o “tienen que ver”
fundamentalmente con los actos humanos. Estos saberes se clasifican en “saberes
productivos (poiéticos)” y “saberes prácticos”.
·
Los saberes poiéticos: estos saberes
son los que tienen que ver con la “póiesis” o la técnica de fabricación de
objetos. Son saberes muy comunes, como pueden ser, por ejemplo, el saber o el
arte (técnica/techné) del zapatero o del constructor de barcos o del hacedor de
vasijas. Pero, no sólo tiene que ver este tipo de saber con las técnicas para
la fabricación de artefactos materiales, sino también con técnicas más
“teóricas” (por eso es un saber), técnicas del estilo de la retórica (que
enseña a construir discursos persuasivos sobre cualquier asunto) o la técnica
de escribir música u otras técnicas por
el estilo. Por esto no podemos traducir fácilmente al español la palabra griega
"póiesis". Lo hacemos como “saber hacer”. Cuando una persona posee
este tipo de saber, sus actos producen cosas que antes no existían y que
perduran cuando su producción termina: unos zapatos, un barco, la persuasión o
una partitura musical
·
Los saberes prácticos: este tipo de
saberes no produce nada, ningún objeto (fuera de “algo” en el sujeto o persona que realiza la acción) sino
sólo, por decirlo de alguna manera, dentro del propio sujeto: es decir, lo que
produce este tipo de saber es que mejora o lo empeora a quién lo tiene y lo
realiza. Según Aristóteles los saberes prácticos o morales son fundamentalmente
tres: la ética, la economía y la política.
Tipos
de saber
| |||
Lógica
(Órganon)
|
Resto
de saberes
| ||
Saber
teórico
(Theoréin)
|
Saberes
prácticos
| ||
Saber
poiético
(Póiesis)
|
Saber
moral
(Praxis)
| ||
Física
|
Alfarería
|
Ética
| |
Matemáticas
|
Arquitectura
|
Economía
| |
Metafísica
|
Medicina (etcétera)
|
Política
|
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